El polémico carnaval de 1983
¿Robaron el carnaval de ese año? Uno de los resultados más polémicos de la historia del carnaval carioca: Beija-Flor 1983.
Carnaval de 1983
Los autores de «A grande constelação das estrelas negras» eran el puxador (cantante principal) Neguinho da Beija Flor y su hermano, Nego; hoy en día este último es intérprete de Mocidade.
Beija-Flor fue la décimosegunda y última escuela en desfilar, bajo un sol de justicia, al final de la mañana del lunes 14 de febrero. Envuelta en blanco y plata, cerró los defiles de carnaval de aquel año.
Los carros alégoricos sólo constaban de unas plataformas para las mulatas y destaques, sin ningún tipo de escultura que hiciera referencia al enredo que representaban.
Todas las apuestas indicaban como ganadoras a Portela, Mocidade Independente e Império Serrano.
Sin embargo, sin nadie saber muy bien cómo, la escuela de Nilópolis conquistó el título con 204 puntos dejando a Portela en segundo lugar y a Império Serrano en el tercero. Mocidade ese año consiguió un modesto sexto lugar.
No tardaron en empezar a aparecer historias que ponían en duda la validez del título de Beija-Flor.
La primera de ellas fue la de un jurado que dio un 7 al samba-enredo de Império (un auténtico escándalo) y un 10 al de Beija-Flor.
El sujeto, sin una buena condición financiera conocida, apareció a la semana siguiente del carnaval con un Monza 0km, el coche más sofisticado de la época; dado no se sabe por quién.
Y no podríamos olvidarnos del fáctor decisivo, Messias Neiva, el jurado de alegorias que decidió dar un 10 a Beija-Flor cuando sólo presentó personas subidas encima de plataformas y un 6 para Portela, y Mocidade.
La diferencia de 3 puntos en la suma final, hizo que el título quedara en manos de Beija-Flor.
Messias Neiva fue acusado de recibir 1 millón de cruceros a cambio de dar esas notas.
Tuve la suerte de encontrar una entrevista publicada en O GLOBO el 19 de febrero de 1983, el sábado siguiente al desfile. A continuación, podéis leer la entrevista íntegra traducida, que cada uno saque sus conclusiones.
Entrevista a Messias Neiva, O Globo el 19/02/1983
Ayer, el jurado Messias Neiva afirmó haber olvidado hasta el enredo de Portela y sólo podrá explicar por qué le dio un 6 en alegorias e adereços, si ve la grabación del desfile.
Asegura haber olvidado el enredo y el motivo del 8 para Impératriz Leopoldinense, y tampoco recuerda el enredo de Império Serrano.
Reconoce que no entiende nada de samba y que habría dado más puntos a Mocidade, si ésta hubiese colocado el armadillo en el suelo y no encima de un árbol.
Artista plástico y residente en Caxias, Messias Neiva afirma no haber recibido ningún tipo de orientación por parte de Riotur sobre cómo votar.
Llegué ahí y di las puntuaciones tal y como lo sentí en aquel momento —alega.
Cuenta que fue invitado a participar como jurado, a través de un admirador de su obra, el juez José Cauipe que le presentó al coronel Annibal Uzêda. En las reuniones previas en las cuales participó, sólo se le informó de que no podía dar nota 0.
Messias mostró a O GLOBO el papel en el cual justificaba las notas dadas a Unidos da Tijuca, União da Ilha, Mocidade y Mangueira; únicas escuelas que merecieron anotaciones. Unidos da Tijuca, por ejemplo, sólo consiguió un 7 porque —Un ciudadano empujaba uno de los carros de paisano.
—Ese tipo acabó con el desfile de la escuela, porque ella merecía más, pero estaba empujando una carroza sin estar disfrazado. (Riotur, no obstante, permite que los componentes empujen los carros sin estar disfrazados.)
Messias Neiva, que afirma vivir de su pintura «desde la década de los 50», comenzó su carrera como ilustrador de pancartas electorales. Sobre la acusación de haber recibido 1 millón de cruceros de Beija-Flor para obtener el 10, dice: —Eso es muy poco para ensuciar mi nombre.
Afirma que está recibiendo amenazas de muerte y se niega a revelar su dirección en Caxias, donde reside con su familia. La entrevista transcurrió en la casa de un amigo suyo en Copacabana.
Messias admite que juzgó el desfile «como artista y no como sambista», porque no entiende nada sobre samba. Ayer, Mocidade Independente fue la única escuela que supo juzgar rápidamente, pero hizo referencia a su enredo como «aquella cosa de la selva».
—De Mocidade sí que me acuerdo: en el primer carro había vegetación con una mujer encima y con leopardos alrededor de ella trepando a un árbol. En el segundo había armadillos en las copas de los árboles: fue en ese carro que falló. Si Mocidade hubiese colocado los pájaros encima y los armadillos abajo, habría aumentado su nota en dos puntos: 8 en vez de 6.
—¿Y el tercer carro?
—El tercer carro representaba la selva pero faltó la mujer, osea, o estaba enferma o no llegó. Riotur nos comentó, que si faltaba un componente teníamos derecho hasta a no votar. Y yo vi el espacio vacío que tenía que ser ocupado por una persona.
—Y Mangueira, ¿por qué mereció un 6?
—Mangueira estaba floja en sus alegorias. Aquel tren era maravilloso, realmente deslumbraba, pero no pasaba de ser un bonito trabajo de carpintería.
—¿Y el 6 de Portela?
—Le di la nota que merecía
—¿Pero por qué merecía un 6?
—Porque al momento vi que era un 6. Ahora ya no me acuerdo del por qué. ¿Cómo voy a acordarme de lo que vi hace cuatro días?
—¿No recuerda el enredo? ¿Cuál fue el enredo de Portela?
—Sinceramente no lo sé, no puedo acordarme de todos. Sé que la escuela estuvo maravillosa y que no cometió errores.
—¿Entonces? ¿Por qué un 6 si no hubo fallos?
—¡Uy! Ya me he dado cuenta de que eres portelense. No sé, no me acuerdo. En aquel momento pensé que era un 6. Si me enseñas la grabación del desfile, te lo digo.
—¡Vaya! ¿Y União da Ilha?
—União da Ilha lo tengo aquí anotado (y comienza a leer su justificación): «Una señora somnolienta encima de una carroza, ofreciendo peligro». Fue por eso que le di un 6.
Messias Neiva no recuerda ni el enredo de Beija-Flor, la única escuela que mereció su 10, «porque desfiló de día y gracias al sol pude ver todo mejor». Explica que los defiles siempre se ven perjudicados cuando son de noche porque no hay una buena visibilidad (se agacha junto a la lamparita de noche para leer con dificultad sus anotaciones, sin gafas, en la avenida tampoco las estaba usando).
—El artista de Beija-Flor realizó toda su obra para desfilar de día, con sol, podía apreciarse bien su trabajo. Yo lo vi y como pensé que estaba muy bien, le di un 10.
—Imperatriz también desfiló de día y sólo le diste un 8, ¿por qué?
—Porque no tengo la obligación de dar 10 a todo el mundo. Nadie me dijo que tuviera que dar un 10 a todas. Vi a Imperatriz y creo que el artista de ella era excelente, pero pensé que sólo merecía un 8.
—¿Se acuerda del enredo de Imperatriz?
—No, ya no me acuerdo.
—Y Portela, ¿desfiló de día o de noche?
—¿A qué hora desfiló Portela? No sé. Creo que fue de noche, lo que dificulta a la hora de apreciar el trabajo de la gente.
Messias Neiva, de 58 años, afirma no tener interés, ni conocer al presidente honorífico de Beija-Flor, el bicheiro Aniz Abrãao Daviz, o Anísio.
Muy contrariado por la repercusión que han tenido sus notas, comenta que si hubiese sabido que eso le iba a hacer perder la tranquilidad, habría rechazado la invitación para ser jurado.
—Mire, yo tengo una casa, una residencia en la sierra de Petrópolis y vivo de mi arte. Gracias a dios, no necesito del dinero de nadie y un millón de cruceros sería muy poco para ensuciar mi nombre. He vendido cuadros en Europa y Estados Unidos. Hasta Frank Sinatra me compró uno cuando estuvo aquí.
Messias Neiva vende cuadros pequeños por un valor que va desde los 60 a los 100.000 cruceros y afirma que tendrá «un prejuicio incalculable» por tener cerrado su estudio en la Avenida Nossa Senhora de Copacabana, ubicación que no considera muy alejada de Caxias, donde reside. Comenta que está intentando evitar ir al estudio debido a las amanezas.
—Gracias a Dios, no tengo más cuadros para vender. De momento, están todos vendidos. Sólo tengo un consejo para dar a los próximos jurados de Riotur, «no acepten».
Beija-Flor de Nilópolis
• Beija-Flor era una escuela pequeña. Fundada en 1948, transitaba entre el primer y segundo grupo del carnaval. En 1974 y 1975, desfiló con enredos que ensalzaban la dictadura militar, lo que le llevó a granjearse una extrema antipatía entre los intelectuales cariocas.
• En 1976, el bicheiro (encargado del jogo do bicho, una lotería clandestina muy popular en las favelas de Río.) Anísio Abrahão David, asumió la escuela; donde se encuentra hasta hoy. Trajo de Salgueiro al carnavalesco Joãzinho Trinta e invirtió mucho dinero con el objetivo de revolucionar la estética de los desfiles.
• Gracias a ello, la escuela fue tricampeona en 1976, 77 y 78; vicecampeona en 1979; campeona de nuevo en 1980 junto a Portela e Imperatriz Leopoldinense y vicecampeona en 1981.
• Entretanto, en 1982, la escuela quedó en sexta posición además de tener que asumir la pérdida de varios puntos por haber desfilado con personas en las alegorias (carrozas). Aquel año el reglamento lo prohibía.
• Al año siguiente, la escuela de Nilópolis optó por un enredo que conectara con el público: «A grande constelação das estrelas negras». El objetivo era ensalzar personalidades negras de destaque como Pelé, Clemetina de Jesus, Ganga Zumba y la passista de la escuela, Pinah, que había dejado entusiasmado al mismísimo príncipe Carlos de Inglaterra en un evento en Brasil.
• La escuela no contaba con una tradición de grandes sambas, a excepción de la de 1976; la samba escogida para el carnaval del 83 tampoco era de las mejores de ese año. Portela, Império Serrano o Mocidade Independente, se presentaban con enredos mucho más potentes.
• Curiosamente, Joãzinho Trinta y Paulo Barros, dos de los grandes revolucionarios del carnaval carioca, tienen la característica de que las escuelas por las que pasan nunca tienen grandes enredos.