Lavagem do Bonfim
Para los adeptos al candomblé, la «Lavagem da igreja do Senhor do Bonfim» pasó a ser parte de la «Cerimônia das Águas de Oxalá.»
El origen
En 1745, un oficial de la armada portuguesa llamado Teodósio Rodrigues de Farias, trajó hasta Salvador; la entonces capital de Brasil, una imagen del Senhor do Bonfim.
Ésta fue recibida con júbilo por los bahianos y llevada a la Igreja da Penha en Itapagipe, donde permaneció hasta 1954. Año en el que fue transferida en procesión hasta la iglesia del Senhor do Bonfim en la llamada colina sagrada.
A la imagen le fueron atribuidos varios poderes milagrosos y el Senhor do Bonfim se convirtió en un lugar de peregrinación y devoción popular.
La Lavagem do Bonfim que no debe confundirse con la fiesta católica, surgió en 1773, cuando los esclavos eran obligados a lavar y decorar la iglesia para la celebración de la novena del Senhor do Bonfim.
Como los esclavos eran obligados por sus señores a convertirse al catolicismo, para mantener sus creencias y tradiciones, éstos asociaron las divinidades cristianas con las entidades del candomblé.
Fue así que el Senhor do Bonfim pasó a ser identificado como Oxalá.
Después del carnaval, la Lavagem das Escadarias Bonfim, es considerada la segunda mayor manifestación de cultura bahiana.
Es un espectáculo impresionante que muestra la fuerza del sincretismo religioso de Bahía y que sin ninguna duda, merece la pena presenciar.
El ritual se repite todos los años el segundo jueves de enero después del domingo de reyes, reuniendo a miles de personas.
En qué consiste el ritual
La fiesta comienza a las 10 de la mañana cuando los participantes se concentran en frente de la Igreja da Conceição da Praia para dar inicio a una caminada de 8 kilómetros, hasta llegar a la Igreja de Nosso Senhor do Bonfim.
El cortejo es comandado por mujeres bahianas ataviadas con el traje típico: turbantes, amplias faldas, brazaletes y collares. También llevan unas quartinhas al hombro, jarrones llenos de agua perfumada.
Las sigue el bloco de los Filhos de Gandhy y una multitud de fieles. Todo el mundo se viste de blanco, el color de Oxalá, el dios yoruba asociado al Senhor do Bonfim.
Antiguamente, todo el interior de la iglesia era lavado, hoy en día se derrama el agua de forma ritual en las escaleras de la iglesia en un gesto simbólico de purificación.
Las bahianas mojan los escalones con agua perfumada y depositan flores mientras todo el mundo canta el himno del Senhor do Bonfim.
Después de la fiesta, las personas se dirigen a los múltiples puestos de comida repartidos a lo largo de la calle para comer el tradicional acarajé bahiano, y bailar al son de los cánticos y las batucadas.
En el domingo siguiente a la lavagem, los devotos se reúnen junto a la Igreja dos Mares, para celebrar la procesión de los tres pedidos que va desde el Largo de Roma hasta la colina sagrada de Bomfim.
Al llegar, los fieles dan tres vueltas en torno a la basílica y hacen tres pedidos. El festejo concluye con una plegaria y la bendición del santísimo sacramento.