Paulinho da Viola
De profesión: sambista
Sobre Paulinho da Viola
Paulinho da Viola es uno de esos músicos que todo el mundo debería de concederse el placer de conocer. Hijo de guitarrista, crece en un ambiente musical en Botafogo, barrio situado en la zona sur de Río de Janeiro.
Autor de algunos de las sambas más bonitos que se han escrito, es uno de los músicos y compositores más importantes de Brasil.
Fue integrante del “Conjunto Época de Ouro” donde conoció a su fundador, Jacob do Bandolim y a Pixinguinha, artistas que le influenciarían en su carrera. Paulinho es considerado heredero de todos los grandes sambistas: Cartola, Candeia , Zé Keti, Elton Medeiros, Nelson Sargento y Monarco entre otros.
Como todo buen carioca tiene un equipo de fútbol, el Vasco de Gama y una escuela de samba, Portela. Es casi imposible hablar de Paulinho da Viola sin mencionar a Portela, la escuela de samba fundada el 11 de abril de 1923 por Paulo da Portela, en el barrio de Oswaldo Cruz.
Portela, la escuela de Oswaldo Cruz
En la primera década de los carnavales cariocas, Portela se convierte en una de las principales escuelas de samba junto con Mangueira, y Unidos da Tijuca. Adopta el águila como símbolo y los colores azul y blanco. Cuenta con 21 títulos y hasta el momento ninguna otra escuela ha conseguido superarla.
Portela aportó grandes innovaciones al carnaval. En el año 1935 fue la primera escuela en introducir una alegoría en los carros (las esculturas que llevan las carrozas). En el 1939 presentó lo que fue considerado el primer samba enredo (la música que utiliza la escuela para desfilar) además de utilizar disfraces que explicaban la letra de la canción.
También introdujo la comissão de frente (el grupo de bailarines que abre el desfile) y más tarde, también sería la primera escuela en uniformarla.
En 1935, tras haber sido legalizadas las escuelas de samba, Portela se alza ganadora con el enredo “Belezas de Guanabara”, compuesto por Paulo da Portela.
En 1940 la escuela recibe la visita de Walt Disney y más tarde desfilaría para la duquesa de Kent. La bella samba “Tempos idos” del mangueirense Cartola narra esa historia.
Sus comienzos
En 1966 con tan sólo 22 años, Paulinho da Viola pasa a ser uno de los compositores de Portela y crea “Memórias de um sargento de milicias”. 45 versos que fueron interpretados por Tía Sirica, una de las integrantes de la Velha Guarda de la escuela (los fundadores de las escuelas de samba).
Tal y como dice Monarco “O samba sem mulher não vale nada” (la samba sin mujer no vale nada), quizá fue por eso que ese año, la escuela se erigió ganadora del carnaval.
En 1969, Paulinho queda en primer lugar en el Festival de MPB de TV Record con “Sinal Fechado” y en el mismo año vence en la Feira Musical da TV con “Nada de novo”.
Ya en 1970 tiene la idea de crear un disco agrupando la Velha Guarda da Portela que será todo un éxito.
El día que Portela se enfadó
La Velha Guarda tenía la costumbre de presentar a Paulinho con una samba que dice: “Antigamente era Paulo da Portela, agora é Paulinho da Viola”. Son versos que comparan a Paulinho con el fundador de la escuela de Oswaldo Cruz, reconociendo así su importancia y su valía.
Sin embargo, hubo un acontecimiento que casi rompe ese estrecho vínculo. Fue cuando Hermínio Bello de Carvalho y Paulinho da Viola crearon una samba bellísima exaltando a Mangueira “Sei lá, Mangueira”, hasta ahora una de las mayores declaraciones de amor a la escuela verde y rosa.
La samba rápidamente se hizo famosa causando los celos de los portelenses que no entendieron como su ilustre compositor era capaz de hacer un homenaje tan bonito a otra escuela.
Fue entonces que Paulinho se sintió en la obligación de redimirse y compuso el tema en homenaje a Portela que se convertiría en un himno, “Foi um rio que passou na mina vida”, tal vez el mayor éxito de toda su carrera.
El músico cuenta que cuando era pequeño tenía la costumbre de ver los desfiles de carnaval en la Avenida Rio Branco escondido detrás de un balcón para que la policía no le descubriese.
Tiene grabado en la memoria un carnaval en el que Portela entró iluminada envuelta en una luz azul que no parecía de este mundo, y que nada más hacer su entrada todo el mundo comenzó a gritar: “Portela, já ganhou! Já ganhou!
Paulinho confiesa que fue ese recuerdo de infancia el que le inspiró a escribir lo que sería el gran himno de Portela.
En el carnaval de 1970, Natal (presidente de la escuela en ese momento) pidió que se cantara la samba antes del desfile. Paulinho cuenta con emoción como de pronto el enredo se extendió por toda la avenida.
La escuela desfiló con la samba enredo oficial de ese año pero antes de que acabara el desfile, las primeras alas volvieron a entonar “Foi um rio que passou na mina vida” y la escuela continuó cantándolo hasta llegar a la Central do Brasil.
50 años de sambista
Este año, Paulinho da Viola está celebrando sus 50 años de carrera musical y para ello ha preparado una turné de conciertos en la que recorrerá varios países.
Es un show intimista del que posteriormente se grabará un DVD, en el que cuenta con la presencia de varios miembros de su familia.
El repertorio escogido es un claro homenaje a los grandes compositores que incluye canciones que Paulinho da Viola nunca tocó o hacía mucho tiempo que no tocaba, y como no, los clásicos que no puede dejar de tocar.
En sus conciertos, Paulinho alterna la guitarra y el cavaquinho, y a pesar de que ambos le gustan, reconoce que la guitarra tiene una mayor sonoridad y ofrece muchos más recursos.
El pasado oscuro de la samba
Paulinho abre el show con “14 anos”. Esa samba es una pequeña crónica, una crítica a un comportamiento muy propio de los padres de la época.
En un Río de Janeiro de malandros, juego ilegal y contrabando, los compositores negros malvendían sus sambas para que fueran interpretados por los artistas blancos.
“14 anos” cuenta la historia de como su padre se acerca a preguntarle que quiere ser de mayor y él responde que quiere ser sambista. El padre, responde que los sambistas no tienen futuro en una tierra llena de licenciados como Brasil, a lo que Paulinho responde que él nunca venderá sus sambas, ni se convertirá en uno de tantos compositores olvidados.
Por aquel entonces, Paulinho da Viola era auxiliar de contador y la música era una afición para él. No imaginaba que llegaría a convertirse en músico profesional y a ser uno de los compositores de referencia en Brasil.
Más tarde, en contra de la voluntad de su padre y por suerte de los amantes de su obra, decide dedicarse a la música profesionalmente.
En busca de un orden
Algo que pocas personas conocen sobre Paulinho da Viola, es que si no fuera músico sería ebanista.
Paulinho tiene un taller en su casa lleno de herramientas y muebles, y reconoce tener un talento natural para los trabajos manuales.
Desde pequeño siempre intentó organizar sus cosas sin éxito alguno y cuenta que la ebanistería le ayuda a crear ese orden interno y esa disciplina diaria que no tiene.
Cuando está tocando intenta reducir las cosas al máximo en función de ese orden.
El pasado vive en mí
Para Paulinho da Viola, la saudade; ese sentimiento de nostalgia tan brasileño, es una emoción que anula la historia, la vida. Dice que es como colocar algo en el tiempo fuera de todo, algo que ya no se tiene más.
En su gran composición “Dança da solidão” hay un verso que dice: “Quando eu penso no futuro, não esqueço meu pasado” (cuando pienso en el futuro, no olvido mi pasado). Explica que no quiere trasmitir una idea de saudade ya que para él todo está muy presente.
Todo lo que le sensibiliza o le alcanza es algo de ahora, que está con él en este mismo momento y es precisamente eso, lo que hace que se mantenga vivo.
El artista Wilson Batista decía: “Meu mundo é hoje não existe amanhã para mim” (mi mundo es hoy, no existe mañana para mí). Ese verso forma parte de una samba que ambos compusieron “Meu mundo é hoje”, y que más tarde también daría título a un documental sobre Paulinho da Viola.
Cuenta Monarco (compositor y miembro de la Velha Guarda de Portela) que Noel Rosa decía que la samba no es ni del morro, ni de la ciudad, sino del corazón. Y sólo quien ha vivido una pasión descubre que la samba nace en el corazón, no puede existir samba sin sentimiento.
Y es precisamente eso lo que hace Paulinho da Viola, cantar con el corazón. Sus músicas suaves y elegantes forman parte de la historia de una ciudad, la de Río de Janeiro. Cuentan historias de amor, de soledad, de carnaval, de los malandros de Lapa, de su querida Portela…
Sin olvidar sus anécdotas. Paulinho ha tenido la suerte de conocer a los grandes e incluso ha compuesto varios temas con ellos. En el tema “Bebadosamba” deja clara la admiración que siente.
Va nombrando a todos esos grandes compositores de samba de raíz, a todos los “bambas”, mientras nos invita a “beber” de sus canciones.
Escuchar a Paulinho es escucharlos a ellos y es por eso que Paulinho siempre dice: “Meu tempo é hoje, eu não vivo no passado, o passado vive em mim” (mi tempo es ahora, yo no vivo en el pasado, el pasado vive en mí).
Canciones inolvidables
Autor e intérprete de innumerables músicas, estas son algunas de las más conocidas: «Foi um rio que passou em minha vida», «Dança da solidão», «Timoneiro», «Sei lá, Mangueira», «Para um amor no Recife», «14 anos», «Argumento», «Nova ilusão», «Onde a dor não tem razão» com Elton Medeiros, «Prisma luminoso» com Capinam, «Sinal fechado», “Sol e pedra”…